Glauber Rocha: No al populismo

Las discusiones sobre este lenguaje son extensas y reveladoras. El cinema novo, rechazando el cine de imitación y eligiendo otra forma de expresión, ha rechazado también el camino más fácil de este otro lenguaje típico de llamado arte nacionalista, el “populismo”, reflejo de una actitud política típicamente nuestra. Como el caudillo, el artista se siente padre del pueblo: la palabra de orden es ‘hablar con simpleza para que el pueblo entienda’.

A mi parecer, es una falta de respeto hacia el público, con todo lo subdesarrollado que éste pueda ser, ‘crear cosas simples para un pueblo simple’. El pueblo no es simple. Aun siendo enfermo, hambriento y analfabeto, el pueblo es complejo. El artista paternalista idealiza los tipos populares como sujetos fantásticos que aun en la miseria poseen su filosofía, y pobrecitos, tienen sólo la necesidad de formarse un poco de ‘conciencia política’ a fin de que puedan de un día a otro invertir el proceso histórico.

El primitivismo de este concepto es todavía más nocivo que el arte de imitación, porque el arte de imitación tiene por lo menos la valentía de saberse tal y justifica la ‘industria del gusto artístico’ con objetivos de lucro.

El arte populista, en cambio trata de justificar su primitivismo con una ‘buena conciencia’. El artista populista afirma siempre: ‘no soy un intelectual, estoy con el pueblo, mi arte es bello porque comunica’, etc. Pero, ¿qué comunica? Comunica en general las alienaciones mismas del pueblo. Comunica al pueblo su mismo analfabetismo, su misma vulgaridad nacida de una miseria que lo lleva a considerar la vida con desprecio

 

Glauber Rocha

En: “El Cinema Novo y la aventura de la creación”, 1969.

 

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