LA REALIDAD REVIENTA:
TIERRA EN LA LENGUA DE RUBÉN MENDOZA
La mujer que atiende la taquilla dice: “Sólo queda una silla disponible”. Tierra en la lengua (Rubén Mendoza, 2014) es una película colombiana y aunque no se trata de una comedia decembrina, la sala está llena.
Han sido muchos los esfuerzos que en Colombia los artistas y gestores culturales han hecho para iniciar el camino hacia una cinematografía propia y estable: en menos de 20 años se ha firmado una ley de cultura y dos leyes de cine, y en el año 2013 se invirtieron alrededor de 35 millones de dólares en cine y se estrenaron 25 largometrajes nacionales en salas comerciales. Frente a cifras como éstas, a la triplicación del número de pantallas en 10 años y la duplicación de espectadores en el mismo período, la pregunta recurrente es si esas películas representan las culturas colombianas y si además de una industria se puede hablar del surgimiento de nuevos artistas y obras de arte. El debate está servido y cada quien opinará, pero el hecho es que entre los cinematografistas que han desarrollado su carrera en la primera década de la Ley del Cine (Ley 814 de 2003), sí hay artistas y nuevas propuestas. Rubén Mendoza es un ejemplo y otro es Contavía Films (Gerylee Polanco, Andrea Estrada, William Vega y Oscar Ruiz Navia), el grupo detrás de El vuelco del cangrejo (O. Ruiz, 2009) y La sirga (W. Vega, 2012) y que está a punto de estrenar el segundo largometraje de Oscar Ruiz Navia: Los hongos.
Rubén Mendoza ha sido montajista de filmes tan importantes como Un tigre de papel (Luis Ospina, 2007), y es el director de cuatro cortometrajes (entre los que se cuentan Estatuas en 2002 y La cerca en 2004) y de tres largos (La sociedad del semáforo en 2010, Memorias del calavero en 2014 y Tierra en la lengua), filmes realizados de la mano de su productor Daniel García. La obra de Rubén Mendoza manifiesta un claro compromiso con la creación cinematográfica y una constante exploración de estéticas e historias en las que las mismas obsesiones permanecen. Como en los filmes anteriores de Rubén Mendoza, los temas de Tierra en la lengua son la paternidad y el parricidio, la violencia, la muerte y una constante pregunta sobre qué es ser un hombre. Todos temas importantes. Tierra en la lengua se inicia con imágenes que parecen documentales y a las que acompaña un diálogo en “off”, diálogo hecho por voz del director hablando con su abuela (o con quien parece serlo), en un prólogo que sugiere un documental, pero que no lo es y que se convierte en la primera de las muchas sorpresas que el espectador encontrará. Mientras se proyecta esta película, en la sala de cine de vez en cuando hay risas, pero sobretodo hay una constante tensión y un sabor de intriga. “Suicidarse es de maricas”, dice el abuelo que con la promesa de una herencia ha llevado hasta sus vastas tierras de los llanos colombianos, a una pareja de nietos adultos que llegan con las cenizas de la abuela, y a quienes el viejo encarga un trabajo que los supera. Este anciano temido, odiado, admirado y envidiado es el centro del filme, y se convierte en un personaje memorable del cine colombiano.
No es fácil amar a los personajes que hacen parte de la obra de Ruben Mendoza, personajes que a veces, como en La sociedad del semáforo, parecen abordados por un director que no les tiene ninguna compasión, pero lo que siempre es cierto es que los personajes de esos filmes son intensos, y que todo el tiempo enfrentan grandes preguntas con envolturas cotidianas. Grandes preguntas sin discursos, en medio de una realidad directa que de vez en cuando pierde sus límites. En Tierra en la lengua, como en el premiado cortometraje La cerca (Rubén Mendoza, 2004), el espectador no sabe con certeza si las acciones ordinarias que de pronto revientan, hacen parte de un delirio o son el retrato descarnado de la confrontación con un padre (ver: http://geografiavirtual.com/la-cerca-ruben-mendoza-2004/). “Las pesadillas también son parte de la realidad”, dice el mexicano Carlos Reygadas, una afirmación que confirma la obra de Rubén Mendoza.
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Publicado en la Revista Kinetoscopio 107
http://www.kinetoscopio.com/
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Rubén Mendoza es un autor con estilo y temática propios, él era claro desde LA CERCA. Este film es extraordinario, tanto por la historia como por la fuerza de los personajes, con una temática universal y una poética bien definida. ¡Que bueno que se agoten las boletas!
TIERRA EN LA LENGUA es una película que demuestra su talento y madurez.