«Alguien mató algo» (Jorge Navas, 1999. Colombia) from Julián David Correa on Vimeo.
JORGE NAVAS LLEGA A BOGOTÁ
En 1997, Jorge Navas estaba concluyendo sus estudios de Comunicación Social en la Universidad del Valle en Cali y había terminado su trabajo de grado, un video llamado Calicalabozo que realizó en asociación con el programa Rostros y Rastros que la universidad tenía en Telepacífico, el canal regional del Occidente colombiano. Calicalabozo ganó el primer premio de video experimental de Colcultura. Un año antes, entre 1995 y 1996, Jorge había realizado para una oficina de Naciones Unidas y para la Alcaldía de Cali, una campaña que incluía tres comerciales para televisión regional: “¡Pégate al parche!”, “Marimba a la lata” y “¿Qué hay para la cabeza?”. La campaña, realizada con muy bajo presupuesto y dirigida a reducir el consumo de drogas, se destacó de inmediato y saltó de Telepacífico a la televisión nacional y de ahí a una larga lista de premios de publicidad en Colombia y en América Latina. En 1997, el caleño Jorge Navas estaba a punto de graduarse de universidad y tenía varios premios internacionales y dos ofertas de trabajo en Bogotá: una con Visión digital y otra con Laberinto. El joven Jorge se quedaría con Laberinto, una empresa que como él mismo, con los años mezclaría la publicidad con la producción de cine.
Meses después, bajándose de un bus en Bogotá, Jorge se diría a sí mismo que no se estaba creyendo el sueño del triunfo o de la fama, aunque el reconocimiento por su trabajo no había parado y sus ingresos habían superado muy de lejos lo que cualquier estudiante de Comunicación Social de una universidad pública espera. Jorge seguía montando en bus, viviendo en La Macarena (un barrio del centro de la ciudad), seguía parrandeando con los amigos y caminando. En una de esas caminatas, por la Carrera Octava, descubrió el Pasaje Hernández y entonces sintió que su nueva vida en Bogotá tenía otro sentido, un sentido diferente al de hacer cuñas y comprar rumba: frente al Pasaje Hernández recordó un cuento de Fernando Gómez, un compañero de la universidad, un relato que Gómez había escrito para una clase con el documentalista Oscar Campo: la historia de una niña que no quería crecer, que quería convertirse en vampira. El ambiente del Pasaje Hernández, un conjunto de corredores y tiendas que sugieren una narración gótica, lo llevó de nuevo a la frase que había dicho en clase al escuchar la historia: “Un día voy a hacer cine con ese cuento”.
Calicalabozo de Jorge Navas es un homenaje a Andrés Caicedo y a la generación del Caliwood (ver: http://geografiavirtual.com/cine-colombiano-caliwood/), para la cual el cine de género y las historias góticas eran una sombra necesaria en el calor de Cali. Jorge, como muchos artistas caleños, creció enamorado de un claroscuro imposible bajo el sol del trópico, y admiró a los expresionistas y a los relatos de Caicedo. El cuento de Fernando Gómez había evocado esas mismas sensaciones, y descubrir el Pasaje Hernández le había dado el material final y la excusa buscada para sentarse a escribir un guión que en 1998 ganaría la Convocatoria de la Cinemateca Distrital y se convertiría en una rara avis colombiana, un filme en blanco y negro, mudo y que busca el expresionismo, una historia que Víctor Gaviria respeta y califica de herética, y que quienes han devorado el cine de Caliwood y los libros de Andrés Caicedo encuentran como una continuación inevitable, como la prueba de que la historia del cine colombiano avanza reinventándose a sí misma con las imágenes del mundo, con la propia memoria y con los sueños de sus creadores.
Este cortometraje se publicó en la página www.geografiavirtual.com con expresa autorización de su autor.
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