En este malhadado año de 2020, el cineasta Santiago Andrés Gómez publicará con la Casa Editorial Deliberar*, su libro “Sabedores del cine colombiano. Régimen de criterios. Vol. 2”. Tras la muerte de Luis Ospina, uno de los protagonistas de esta obra, y en medio de la cuarentena global por el COVID-19, la aparición de este libro será un acto de perseverancia y amor.
A continuación el prólogo que escribí para “Sabedores del cine colombiano. Régimen de criterios. Vol. 2”:
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TÚNELES DE LETRAS Y DE LUZ
Julián David Correa R.
Prólogo de:
SABEDORES DEL CINE COLOMBIANO.
RÉGIMEN DE CRITERIOS. VOL. 2
Santiago Andrés Gómez S.**
Medellín es una ciudad entre montañas donde se pierde el horizonte, y donde algunos dejan que su pensamiento quede atrapado. En Medellín todas las artes, y en especial el cine y la literatura, han sido una manera de superar esas montañas para descubrir que hay muchas formas diferentes de vivir, y que hay muchas historias que se suman a las historias que se han ido volviendo el relato oficial de nuestros territorios. Medellín es la ciudad donde nacieron Santiago Andrés Gómez y Víctor Gaviria, es la tierra donde ambos descubrieron las posibilidades del cine.
Por túneles de letras y por túneles de luz, nuestras miradas cruzan las montañas del Valle de Aburrá y las fronteras de Colombia. En la construcción de esos túneles hay muchos nombres importantes, como el del primer maestro de Santiago Andrés Gómez, Luis Alberto Álvarez, y del hombre que creó los instrumentos para que la labor de Luis Alberto y la de muchos otros fuera posible: Paul Bardwell. Junto con ellos, están los nombres de las tres personas que Santiago Andrés ha hecho personajes de este libro: Marta Rodríguez, Luis Ospina y Víctor Gaviria.
El aporte de estos tres maestros a la construcción de una cinematografía nacional es esencial. Los reconocimientos internacionales de estos tres autores son bien conocidos, y se inician con la Paloma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Leipzig al documental Chircales” (Marta Rodríguez y Jorge Silva, 1965-1971), el primer premio internacional de importancia que haya ganado un filme colombiano. Los reconocimientos que Marta, Luis y Víctor han tenido en otras tierras son valiosos, pero su aporte más importante ha sido el de hacer que los colombianos se descubran de maneras diversas a través del registro de las transformaciones en nuestra historia, en nuestros valores, sueños y contradicciones.
Este libro de Santiago Andrés Gómez le ofrece al lector otro túnel, un camino para descubrir otras colombias posibles gracias a conversaciones con tres maestros que son tres amigos. La detallada información que el autor ofrece sobre la obra de estos tres artistas, camina junto al lenguaje cotidiano, a las conversaciones francas y cercanas que hacen de esta obra un texto accesible a cualquiera que esté interesado en nuestro cine y en nuestras historias. El cine colombiano es necesario, y escribir sobre cine también lo es. Nuestras reflexiones con imágenes en movimiento han cambiado la manera como nos vemos, y la reflexión sobre esas imágenes es más que cinefilia, es otra oportunidad de cambiar el país.
En un texto anterior a este prólogo decía que hacer cine es mucho más que encontrar excusas para vender gaseosas y crispetas, es construir representaciones nacionales que transforman el pensamiento. Es necesaria la creación de cine, y también la reflexión sobre el cine. Hoy lo reitero y de nuevo me pregunto: ¿Qué significa hacer cine y escribir sobre cine en un país que va de guerra en guerra, y donde las necesidades básicas no han sido satisfechas? Una función de la escritura sobre cine en Colombia ha sido la construcción de una expresión audiovisual. Nuestra tinta ayudó a definir el camino de algunos creadores, el surgimiento de nuevos gestores culturales y la fundación o transformación de instituciones estatales (la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura y la nueva cinemateca de Bogotá, para poner dos ejemplos). Nuestras letras también han construido túneles, estas letras no son un objeto inútil.
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Imagen: fotograma del filme Chircales (Marta Rodríguez y Jorge Silva, 1965-1971)
*Casa Editorial Deliberar
www.deliberareditorial.com
** Periodista (Universidad del Valle), Magíster en Literatura (Universidad de Antioquia). Escritor, realizador audiovisual independiente. Crítico de cine de Kinetoscopio y El Colombiano entre 1991 y 2011. Fundador de la Corporación Cultural de Video Independiente Madera Salvaje. Publicó las novelas «Madera Salvaje» (Ediciones B, 2009), «Todas las huellas. Tres novelas breves» (Universidad de Antioquia, 2013) y «El cuarto asesino» (Universidad de Antioquia, 2015); los libros de cuento «Los deberes» (Universidad de Antioquia, 2012), «La caminata» (EAFIT, 2015) y «Diálogo de raíces (EAFIT, 2019), y los de crítica «El cine en busca de sentido» (Universidad de Antioquia, 2010), «Certeza de lo imborrable» (Universidad de Antioquia, 2017), «La Musa asesinada» (Universidad de Antioquia, 2018) y «Régimen de criterios. Cines y cineastas colombianos» (Deliberar, 2019). Premio Nacional de Video Documental Colcultura 1996.
Sus páginas de Internet:
https://santiagoandresgomez.wordpress.com/
http://maderasalvaje2017.blogspot.com/
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