Sobre el libro «El hombre que amaba los perros» de Leonardo Padura

Sobre el libro «El hombre que amaba los perros» de Leonardo Padura

Leonardo Padura  ganó en el año 2015 el premio Princesa de Asturias por el conjunto de su obra entre la que resalta “El hombre que amaba los perros”. En “Private Eyes”el cronista Jon Lee Anderson describe a Padura: “Un hombre bajo, oscuro, de contextura sólida con una barba entrecana y la mirada inescrutable de un sagaz cura de campaña. Padura es una figura poco común en la Cuba contemporánea: un novelista, periodista y crítico social que ha evadido la condena del gobernante Partido Comunista”. Leonardo Padura ha publicado una docena de novelas y siete libros de cuentos, y su personaje Mario Conde es un nuevo clásico de la novela policíaca. Padura vive con su esposa en un segundo piso que construyó en la casa de sus padres, en el barrio donde nació y creció, el barrio desde donde contempla las contradicciones de una revolución que “El hombre que amaba los perros” presenta de manera descarnada y con profusa documentación.

Un escritor de los Estados Unidos dijo que la diferencia fundamental entre el cuento y la novela es la cicatriz: la lectura es como una cuña que se clava en la cabeza, y alrededor de la cual el cerebro empieza a recomponerse. Con esa imagen, el escritor explicaba porqué prefería escribir novelas: un cuento entra y sale con rapidez, pero una novela se queda un largo tiempo y cuando la novela termina y se retira las transformaciones son importantes. La lectura de “El hombre que amaba los perros” es una estaca que transforma la manera en que se entiende la historia del siglo XX. La novela retrata los crímenes del dirigente soviético José Stalin a través del homicidio de León Trotski. Esta crónica se arma sobre vidas que confluyen y se iluminan mutuamente: la de Ramón Mercader, la de Trotski y la de un cubano que narra la historia de cómo Mercader se convirtió en el asesino de Trotski. La vida del cubano es un ejemplo de un escritor asfixiado por los poderes que controlan la isla. La de Trotski es la historia de su exilio y la persecución de sus ideas. El de Mercader, es el relato de cómo un revolucionario enamorado se transforma en un arma. Los encuentros del cubano y de Mercader se dan en una playa solitaria de la isla donde el español pasa sus últimos años. El excombatiente tiene dos borsoi, dos perros rusos que alguna vez alquila al director Tomás Gutiérrez Alea para el rodaje de la película Los sobrevivientes, tras esa experiencia, Mercader comenta a su confidente lo que ha descubierto sobre el cine: es una suma de mentiras que dicen algo verdadero. Construida con un complejo entramado de hechos históricos y personajes de ficción, la novela  “El hombre que amaba los perros” dice algo verdadero.

* «Private Eyes» de Jon Lee Anderson, publicado en: 

http://www.newyorker.com/magazine/2013/10/21/private-eyes

Por Julián David Correa. Publicado en Periódico El Mundo del 15.04.2016.

http://www.elmundo.com/portal/cultura/palabra_y_obra/habia_una_vez_el_hombre_que_amaba_a_los_perros.php#.VxlUvdThDIU

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