El oficio crítico hoy

El oficio crítico hoy

EL OFICIO CRÍTICO HOY, UNA LECTURA DE ÁNGEL RAMA

En 1983 cerca del aeropuerto de Barajas que sirve a la capital de España el avión 11 de Avianca se estrelló y murieron un centenar de personas. En este avión viajaba la pareja formada por Ángel Rama y Marta Traba. Junto con esta pareja murieron los escritores Jorge Ibargüengoitia y Manuel Scorza, y la pianista española Rosa Sabater. La académica Paula Andrea Marín recuerda que cuando Ángel Rama murió Gabriel García Márquez dijo que América Latina había perdido al mejor crítico, al único que valía la pena (123). Y otro premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa declaró: “La muerte de Ángel Rama es como una funesta profecía sobre el futuro de una disciplina intelectual que ha venido declinando en América Latina de manera inquietante”, según lo cita Mabel Moraña en los prímeros párrafos de su ensayo “A 25 años de su muerte: Ángel Rama y los imaginarios de la crítica”, texto en el que incluye la siguiente frase: “De tanto en tanto a alguien se le ocurre decir en simposios académicos y conferencias internacionales que otra sería la historia si Ángel Rama estuviera aquí para contarla.”

¿La crítica puede cambiar el mundo? ¿O sólo puede cambiar su lectura, sólo puede cambiar su historia? La humanidad entera acompaña sus días con objetos artísticos, y las artes existen en un espacio compartido por creadores, gestores culturales y críticos que viven en una construcción colectiva que transforma la realidad.


Generación del 45 con Ángel Rama de pie a la derecha..

Ángel Rama nació en Montevideo en 1928 e hizo parte de la “Generación del 45” o “Generación Crítica”. Estuvo casado con una poeta de ese grupo, Ida Vitale y a partir de 1969 fue pareja de la crítica colomboargentina Marta Traba, con quien también se casó. En Montevideo trabajó en la Biblioteca Nacional, fue director de la sección literaria del semanario Marcha, publicó cuentos, una novela, ensayos y escribió varias obras de teatro que se llevaron a las tablas, fundó la editorial Arca y fue profesor universitario. Con el golpe de estado de 1973 en Uruguay decidió exilarse y desde 1974 vivió en Caracas, donde también fue profesor universitario y se hizo cargo de la dirección literaria de la Biblioteca Ayacucho. De 1979 a 1983 dió clases en los Estados Unidos en la Universidad de Maryland y la Universidad de Princeton hasta que le negaron la visa de residencia, luego de lo cual decidió vivir en París. Sus tres títulos de crítica más conocidos son Rubén Darío y el modernismo (1970), Transculturación narrativa en América Latina (1982), y La ciudad letrada (1984).

Ángel Rama fue escritor en varios géneros, crítico literario, editor, profesor universitario y ante todo un pensador americano que reflexionó sobre la crítica literaria, la literatura de este continente y el análisis de la cultura latinoamericana a través de su literatura. Además de sus libros y conferencias uno de sus evidentes aportes a la construcción de una historia de la literatura americana está representado en el trabajo que realizó como editor de la imprescindible Biblioteca Ayacucho. Esta labor editorial de Rama le permitió la recuperación de la historia literaria latinoamericana, al tiempo que su obra crítica lograba la preservación del presente que en diálogo con su labor editorial, encontraba contexto en el pasado que la Biblioteca Ayacucho representaba.

Según refiere Jorge Luis Yangali en “La representatividad de lo latinoamericano en la generación crítica (Homenaje a Ángel Rama)”:

“Rama impulsó la construcción de un proyecto mega representacional de lo latinoamericano. Para ello se acercó a geoculturas cercanas a su entorno uruguayo como las oralidades guaraní, la gauchesca y por supuesto a la realidad cultural brasileña. Al mismo tiempo que ampliaba su visión local y regional se trasladaba a los territorios antillanos y caribeños, a la cultura mesoamericana, principalmente a la de México y pensando en la geolingüística hispana estableció lazos con la lejana Filipinas.” (20)

La obra crítica de Ángel Rama no presenta a los latinoamericanos como objetos de la barbarie, sino como habitantes de ciudades letradas. Como afirma Yangali, el proyecto de representación de la cultura latinoamericana que Rama ofrece en su obra crítica tiene sus antecedentes en el siglo XIX, en las aspiraciones de integración continental de Simón Bolivar y Andrés Bello, mientras que las vanguardias del siglo XX contribuyeron a su búsqueda de una mirada local que asimilara y transformara lo que llegaba de fuera del continente, y también significaron un reto teórico: dado que los conceptos europeos se quedaban cortos para explicar la creación local,  esta búsqueda de explicaciones impulsó la creación de conceptos propios como los de transculturación y heterogeneidad.

Paula Andrea Marín afirma que el oficio crítico de Ángel Rama abarca características literarias de las obras, pero parte de dos principios que el uruguayo reitera constantemente: entender toda obra literaria como parte de una cultura y poner cada obra en el contexto de un área cultural particular. Para apoyar estas ideas Marín ofrece dos citas de Rama:

“Estamos diciendo que ningún escritor, absolutamente ninguno, inventa una obra, crea una construcción literaria en forma ajena al medio cultural en el cual él nace, que al contrario, todo lo que puede hacer es trabajar un régimen de réplica y de enfrentamiento con los materiales que van integrando su cosmovisión, y que, desde luego, implican una opción dentro de la pluralidad que le allega el medio en el cual se encuentra” (1987: 11).

Y más adelante:

“No habría modo de comprender la realidad hispanoamericana si no comenzáramos por reconocer la existencia de áreas culturales independientes. Áreas culturales donde se elaboran formas específicas que tiñen los productos de determinada zona. Y por más que los escritores unifiquen merced a la imitación del modelo extranjero sus productos y las creaciones literarias del continente, los rasgos específicos de la zona en la cual ellos se forman y de la cual derivan sus materiales —materiales que pertenecen fatalmente al campo de la cultura— hacen que cada una de estas creaciones deba incluirse en otra historia que es una historia regional: la historia de un área cultural” (12). (112)

Un buen ejemplo de este oficio crítico está en el trabajo que Ángel Rama hizo sobre la obra de Gabriel García Márquez.

Gabriel García Márquez.

García Márquez, edificación de un arte nacional y popular es el título que en 1972 le dio Rama a un curso que ofreció en la Universidad Veracruzana en el que presentó una aproximación estructural a la obra de Gabo. En estas conferencias se muestra el trabajo de García Márquez dentro de tres etapas: la que va de finales de los años cuarentas hasta los inicios de los cincuentas y que concluye con la publicación de La hojarasca (1955), en  donde es claro el proceso de formación de un autor que explora la modernidad literaria de los Estados Unidos, entre otras lecturas; una segunda etapa que va de finales de los cincuentas a los inicios de los sesentas, en donde el oficio periodístico le da herramientas para retomar los hechos de la realidad en el detalle de lo cotidiano que se elabora de una manera hiperbólica hasta bordear lo cómico, y que concluye con la publicación de El coronel no tiene quien le escriba (1961); y una tercera etapa que abarca la década del sesenta hasta la publicación de Cien años de soledad (1967). Para Ángel Rama la publicación de Cien años de soledad es el punto más alto de Gabo en la construcción de un arte nacional y popular: partiendo de un área cultural específica y de su tradición popular a través de relatos orales Gabriel García Márquez construye una novela que habla de la nación entera y no solo de su territorio inmediato, una novela que presenta el siglo XIX con sus guerras y su patriarcado en decadencia, y el siglo XX con la creciente intervención de potencias extranjeras que explotan al país, entre otros temas.

¿Cómo entiende Ángel Rama el oficio del crítico? En sus palabras:

“No aspirar a una pretendida objetividad, que en el mejor de los casos podrá abrir la puerta de una crítica estilística cuyo rigor seudocientífico sólo prueba que se está trabajando sobre un cadáver y no sobre un cuerpo vivo; no dejarse estar tampoco en la crítica impresionista que apela a la simple subjetividad del gusto, ni satisfacerse en el inteligente uso de una tradición puramente estética” (1960: 11)

Según Ángel Rama, el oficio de crítico en América va más allá de la especulación estética:

“Palabras, palabras, palabras… En un país donde los temas más serios y graves han sido manoseados hasta la fatiga, donde es costumbre hablar de ellos en una euforia palabrera (…) en un país así, es indispensable que toda teorización vaya acompañada de una actividad positiva de igual sentido, la que, como dicen los escribanos, dé fe. Por eso, el crítico debe empezar por su propio compromiso.” (1960: 10)

¿Y en este momento? ¿Cuáles son los retos de la crítica literaria en esta década del siglo XX?

El ejemplo de Ángel Rama que combina la labor del creador, con la del crítico y la del gestor cultural es un ejemplo importante: el crítico debe ir más allá de las palabras y la reflexión estética y debe generar acciones.

El crítico literario siempre ha sido un lector intensivo que en ocasiones sólo ha escrito para sus pares o para las academias, pero que hoy debe tender puentes entre una obra y nuevos lectores. El crítico debe sortear las trampas del supuesto mercado, de los caudillos políticos y de las “cibermasas” para explorar diversos horizontes culturales, de la misma manera que deben hacerlo otros agentes del sector artístico: los gestores culturales y los artistas. El crítico literario es un actor de la cultura que no tiene que preocuparse tanto por la construcción de cánones como por acercar las obras al público, y por facilitar en el lector el desarrollo de preguntas sobre la relación que estas obras tienen con su realidad y con la posibilidad de transformarla.

Al exceso de palabras que denunciaba Ángel Rama en 1960 hoy tenemos que sumar la crítica al servicio del mercadeo, la instrumentalización del arte que los caudillos políticos de izquierda y de derecha quieren imponer, y el crecimiento de masas cibernéticas, de cibermasas, en las que al exceso de palabras se suma un exceso de información donde los datos se confunden con las opiniones sin que para los datos o para las opiniones sea necesaria alguna evidencia, de manera que lo que la cibermasa genera y consume constantemente es una avalancha de información que carece de sustento y sustancia.

En esta década del siglo XXI los críticos, los artistas y los gestores culturales deben preocuparse por esa aparente democratización en las redes de Internet que en realidad es un despojo de la distancia crítica de los lectores que devinieron escritores de ocasión. Hoy el crítico debe preocuparse por los efectos de esas escrituras insustanciales y vocingleras: el puritanismo bienpensante, los linchamientos y el arte como herramienta política o de farándula.

El diálogo de las artes con el hoy es el oficio del crítico contemporáneo.

Julián David Correa.

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BIBLIOGRAFÍA

– COLOMBI, Beatriz. “La gesta del letrado (sobre Ángel Rama y La ciudad letrada)”. En Orbis Tertius: Revista de Teoría y Crítica Literaria, 11. Disponible en: http://www.orbistertius.unlp.edu.ar/numeros/numero-12/sumario/ y http://www.fuentesmemoria.fahce. unlp.edu.ar/art_revistas/pr.203/pr.203.pdf

– MARÍN, Paula Andrea. “La narrativa de Gabriel García Márquez vista por Ángel Rama y

la recepción de su crítica en Colombia”. Medellín: Revista Estudios de Literatura Colombiana, N.° 30, enero-junio, 2012. Digital.

– MORAÑA, Mabel. “A 25 años de su muerte: Ángel Rama y los imaginarios de la crítica” Washington: A Contracorriente. Una revista de historia social y literatura de América Latina. Ed. Washington University, 2008. Digital.

– RAMA, Ángel. Ciudad letrada. Montevideo: Arca. 1998.

– RAMA, Ángel. García Márquez: edificación de un arte nacional y popular. Montevideo: Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Letras. 1987

– RAMA, Ángel. “La construcción de una literatura”. Originalmente publicado en Marcha, Nº 1.041, 30 de diciembre de 1960: 24-26. Recopilado en Antonio Cándido y los estudios culturales. Raúl Antelo (ed). Pittsburgh, Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana, 2001. Recogido en la compilación Literatura, cultura y sociedad en América Latina, Ángel Rama. Montevideo, Trilce, 2006.

– YANGALI, Jorge Luis. “La representatividad de lo latinoamericano en la generación crítica (Homenaje a Ángel Rama)” México y Lima: Horizonte de la Ciencia 4 (6), julio 2014.Ed. Universidad Iberoamericana, Ciudad de México y Universidad Nacional del Centro del Perú.

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