«Birdman» de Alejandro González Iñárritu

«Birdman» de Alejandro González Iñárritu

¿DE QUÉ HABLA GONZÁLEZ IÑÁRRITU CUANDO HABLA DE AMOR? *

 

Algunos dicen que el amor mueve al mundo, y en consecuencia muchos creen que solo el amor puede encender las luces de los reflectores.

No es accidental que una de las primeras imágenes animadas por el cinematógrafo de los hermanos Lumière fuera el beso entre un señor de mostacho y una rolliza señorita; el conflicto es el motor del guión y de toda escritura dramática, y los amores en conflicto bajo las formas de la comedia romántica o del drama romántico, han sido dos de los géneros más frecuentes en la historia del cine. Incluso en otros géneros cinematográficos, la aparición de un beso o de alguna forma de amor siempre será agradecida por el público que encuentra en las pantallas y en esos gestos una expresión de sus propios sueños.

El 71º Festival Internacional de cine de Venecia se inauguró el pasado miércoles 27 de agosto con Birdman (or The True Virtue of Ignorance), último filme de Alejandro González Iñarritu, el director mexicano que hizo su debut con la sorprendente Amores perros en el año 2000. En esta última cinta, que ha recibido los mayores elogios de la crítica internacional, el ex Batman Michael Keaton encarna a Riggan, un actor en decadencia que se hizo famoso por interpretar al superhéroe Birdman, y quien en el presente de la cinta se plantea el reto de llevar a Broadway un montaje teatral del libro de cuentos de Raymond Carver De qué hablamos cuando hablamos de amor.

Como cinematografista, Alejandro González Iñárritu se tomó en Amores perros un tiempo para el amor, aunque en su caso lo hizo de una forma tan retorcida como la que tienen la humanidad y sus ciudades contemporáneas: amor filial y sexual, amor que traiciona y comete crímenes, amor cruel. La opera prima de Alejandro González Iñárritu también fue el resultado de una historia de amor entre colegas, de un productivo encuentro artístico de González Iñárritu con el escritor Guillermo Arriaga. El cazador Guillermo Arriaga, que además es cuentista, novelista, guionista, productor y que recientemente se ha hecho director de cine, es un hombre que le rinde tributo a lo masculino, a su rudeza y a sus propias formas de seducción. Mucho del primer González Iñárritu también es propio de Arriaga: Amores perros, 21 Gramos(2003) y Babel (2006), son tres obras concebidas por estos dos hombres. Tras Babel, la voluntad de sostener esa relación profesional terminó, y los caminos de estos artistas se separaron.

Las tres filmes realizados por la pareja González Iñárritu y Arriaga, Amores perros, 21 gramos y Babel, forman lo que ambos creadores llamaron la “trilogía de la muerte”. Muerte sí, pero también amor, el amor que es el motor de lo peor y de lo más sublime: 21 gramos es el peso del alma, el amor en 21 gramos es paradójico, esta marcado por la muerte y muy a su pesar busca venganza; el amor en Babel es un amor desesperado que recorre todas las avenidas de neón y todos los caminos polvorientos buscando aliviar su frustración, es un amor que no encuentra palabras para expresarse, que existe sin cuerpo, que no puede cambiar el mundo para salvarse ni salvar al amado.

Con un guión tan complejo como en sus tres filmes anteriores (pero no tan redondeado ni preciso), Alejandro González Iñárritu estrenó su largometraje Biutifulen el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2010, encuentro en donde obtuvo una Palma de Oro por la extraordinaria interpretación de Javier Bardem. Aun con la sensación de que algo no está del todo terminado en el flujo de historias y hechos que se entrelazan, Biutiful es una cinta oscura en la que el amor también es un motivo: en Biutiful el amor es fénix que surge de las cenizas, que a cada minuto es puro a pesar de la locura que lo acosa y del crimen que alimenta.

¿Sin la participación de Guillermo Arriaga, la obra de Alejandro González Iñárritu perdió algo? Es posible, pero tal vez haya ganado en otros sentidos. Lo cierto es que desde su separación creativa, los filmes de González Iñárritu han venido conformando una obra diferente, que tras Biutiful y ahora con Birdman vuelve a tener la atención de las publicaciones internacionales.

Tras el estreno de Birdman (or The True Virtue of Ignorance) en Venecia, se han escrito muchas críticas elogiosas, entre las que se cuenta una sólida y rendida de Peter Debruge en Variety (quien afirma que esta cinta enamorará por igual en las salas de arte y en los multiplex), y otra igual de elogiosa de Sasha Stone en Awardsdaily.com. En esta última dice Sasha Stone: “Birdman es un triunfo riesgoso, sucio, crudo y hermoso, y todas esas son palabras que palidecen junto al filme en sí”.

Tanto Debruge como Stone comparan el trabajo de González Iñárritu en Birdman, con el de Alfred Hitchcock en Rope (1948), un clásico del suspenso con el que esta comedia de toques surreales solo se emparenta por un ejercicio formal: ambos filmes se desarrollan gracias a una sucesión de largos plano secuencia que dan la sensación de una continuidad sin cortes. Una tarea muy difícil. El mismo González Iñárritu ha sido el director de fotografía de esta empresa, además de dirigirla, producirla y escribirla. Los créditos de guión los comparte en este caso con dos argentinos: Nicolás Giacobone y Armando Bo (con quienes ya trabajó en Biutiful).

A pesar de esa reiterada comparación con Alfred Hitchcock, a la hora de buscar afinidades electivas es con el cine de Robert Altman con el que hay más encuentros: en 1993, Robert Altman hizo una estupenda película también basada en un libro de cuentos de Carver, se trataba de Short Cuts, cinta basada en la colección de relatos cortos Catedral. También fue Robert Altman quien en 1992 hizo un filme que ironizaba entonces e ironiza hoy sobre Hollywood y la fama, se trata de la cinta The Player, una obra cumbre de esa rara especie cinematográfica que de vez en cuando decide devorarse a sí misma.

Si de encontrar parejas se trata, los reflejos más cercanos a Birdman se encuentran en The Player, porque Birdman (or The True Virtue of Ignorance), no es una historia de amor, y no lo es aunque se inspire parcialmente en un libro llamado De qué hablamos cuando hablamos de amor (un libro que tampoco tiene todo que ver con el amor, la verdad sea dicha). Tanto la obra de Raymond Carver como la de Alejandro Gutiérrez Iñárritu pueden resultar engañosas (o complejas, o juguetonas, si se prefiere) a la hora de poner títulos y de escoger referencias, en ambos casos se encuentran trabajos que entregan mucho más de lo que nombran. La literatura de Raymond Carver, a la que Birdman rinde homenaje, está compuesta por historias en las que las acciones más cotidianas se pueden leer capa tras capa como hechos complejos que exceden cualquier suposición. Birdman no es una historia de amor, o por lo menos no es una historia de amor que involucre serenatas y ositos de peluche, es una historia que trata sobre esos personajes que no pueden vivir sin el amor de los extraños. Es un filme sobre la vanidad (un amor propio reconcentrado y frágil) y la fama, ese otro amor endeble que existe por unos minutos gracias a las tablas, la gran pantalla, unos millones de seguidores en Facebook o un fenómeno viral en la Internet.

De entre tantos amores llevados a la pantalla, ¿cuál es el amor del que nos habla González Iñárritu? El vanidoso, sin duda, sin vanidad el cine no existiría, pero no solo se trata de vanidad sino de todos los amores posibles. Todos sus personajes, y todos sus amores son parte de Alejandro González Iñárritu.

Van a pasar varios meses antes que la última película de Alejandro González Iñárritu llegue a Colombia, y entretanto se sabrá si obtuvo algún premio en Venecia o cualquier otro reconocimiento de los circuitos alternativos y los eventos comerciales. Entretanto, en estos párrafos quedan varios trabajos sobre los cuales vale la pena regresar: la literatura de Raymond Carver, el cine de Alfred Hitchcock y Robert Altman, la obra de Guillermo Arriaga y las anteriores cintas de Alejandro González Iñárritu. Hay muchos viejos amores de donde escoger, al fin que las pasiones que valen la pena no se alimentan de la novedad.

* Por: Julián David Correa. Publicado en la Revista Diners (Septiembre, 2014):

http://revistadiners.com.co/actualidad/18776_de-que-habla-alejandro-gonzalez-inarritu-cuando-habla-de-amor/

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