«Los hongos» de Óscar Ruiz Navia

«Los hongos» de Óscar Ruiz Navia

UN MURAL AMBICIOSO:

LOS HONGOS DE ÓSCAR RUIZ NAVIA*

 

Los hongos, el segundo largometraje de Óscar Ruiz Navia llegó a las carteleras colombianas precedido por un premio especial del jurado en el Festival de Cine de Locarno, y por reconocimientos de diferentes encuentros y fondos de desarrollo cinematográfico del mundo. El vuelco del cangrejo (2009), el primer largometraje de Navia, había sido la revelación de un creador con una perspectiva propia y brillante, y Los hongos prometía ser una obra que reflejaría con rebeldía y reivindicación de la expresión artística, a las culturas urbanas de los jóvenes contemporáneos. Además, tanto Los hongos, como el estupendo cortometraje Solecito (Óscar Ruiz, 2014), El vuelco del cangrejo y La sirga (William Vega, 2012), son proyectos desarrollados por uno de los grupos más interesantes y talentosos del cine colombiano: Contravía Films de Cali. Los creadores de Contravía Films no sólo han enriquecido nuestras pantallas teatrales, sino que han participado en el desarrollo de proyectos audiovisuales alternativos con ciudadanos de los barrios de Cali. Este grupo le ha entregado a la historia del cine colombiano imágenes memorables, y seguramente seguirá realizando obras importantes.

Los hongos, sin embargo, se queda corta. Los hongos es una película llena de ambiciones y por eso mismo pierde intensidad y se agota. Puede decirse que este largometraje es un homenaje a las culturas juveniles urbanas: a los hoppers, a los grafiteros, a los skaters, a los punks y metaleros, a quienes hacen comunicación alternativa, y puede decirse que es una denuncia de la eterna complicidad entre las religiones y los opulentos, y es una denuncia de los abusos de la policía y de su sumisión ante los poderosos, y es un recordatorio de la constante presencia de La Violencia en nuestra historia, y de la fuerza del arte por su capacidad para embellecer la vida y por ser portador de protestas sociales. A esta larga lista de denuncias y homenajes, se suma el amor materno, y un cariño mal correspondido que termina en traición lésbica, y también un delicioso guiño al gótico tropical. Los hongos está llena de ingredientes importantes, pero no cuaja. Los temas se pasean como un desfile de cameos que se agradecería más si fueran menos, o si en lugar de ser cameos, fueran personajes que hicieran parte de un guión con diálogos necesarios y no con conversaciones improvisadas que se intercalan con pequeños discursos.

Los hongos llegó precedida de grandes expectativas, y tuvo un pobre reconocimiento de los espectadores en salas comerciales: vendió apenas 9.641 boletas. A pesar de contar con distribución internacional, en otros países la cinta tampoco ha tenido una respuesta favorable en las taquillas. En salas alternativas como la Cinemateca Distrital de Bogotá, en cambio, el filme ha agotado boletería. Se agradece y mucho la existencia en el cine colombiano de artistas que se preocupen por presentar la realidad de los jóvenes de nuestras ciudades, y tanto Óscar Ruiz Navia como Contravía han demostrado el valor de su trabajo. Esperemos que su siguiente filme nos traiga buenas noticias. Por ahora y a pesar de sus debilidades, es importante que Los hongos se pueda seguir viendo en las salas del circuito alternativo, y que su DVD se pueda comprar en las tiendas de música: este filme es un documento de la evolución del cine nacional y de la realidad de los jóvenes en las ciudades colombianas.

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* Por: Julián David Correa. Publicado en Revista Kinetoscopio No. 111. 2015.

www.kinetoscopio.com

Imagen: fotograma de la película. 

 

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